Un libro que concentra detalles interesantes sobre la filosofía estoica.
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Portada del Libro |
Nunca olvides que dentro de cada obstáculo hay una oportunidad para mejorar nuestra condición.
“Lo que estorba, forja”,
escribió Benjamín Franklin.
PRIMERA PARTE
PERCEPCION
Nuestras percepciones pueden ser
una fuente de fortaleza o de gran debilidad.
Reconoce tu fuerza. Rubin
“Hurricane” Carter (Bob Dylan tiene una canción) aspirante al título de los pesos medianos fue injustamente
acusado a mediados de la década de 1960. En vez de desplomarse, se negó a
renunciar a libertadas innatamente suyas: su actitud, sus creencias y sus decisiones.
Pero como sabía que el enojo no
era constructivo, se rehusó a enfurecerse. Se rehusó a doblegarse, envilecerse
o desesperarse. Dedicó cada segundo de su energía a su defensa: a leer sobre
derecho, filosofía, historia. Nadie iba a arruinarle la vida. “Esto no me
afectará. Habría preferido que no sucediera, pero yo decido cómo influirá en
mí: nadie más tiene ese derecho”.
Calma tus nervios. Porque no hay que olvidar que hay
personas deseosas de atraparte. Que te quieren intimidar. Desconcertar.
Presionarte para que tomes una decisión antes de que tengas toda la información
que necesitas. Quieren que pienses y actúes a su modo, no al tuyo.
Controla tus emociones. El arte de no alarmarse. Todo se planea a gran detalle, pero de pronto
algo marcha mal y lo primero que hacemos es cambiar nuestro plan por un
desahogo emocional. La incertidumbre y el mido se alivian con autoridad. La
capacitación es autoridad. Los griegos tenían una palabra para eso: apathéia.
Se trata de la ecuanimidad que procede de la ausencia de emociones irracionales
o extremas.
Practica la objetividad. Date a ti mismo claridad no compasión. ¿Cuántos
problemas parecen provenir de aplicar juicios a cosas que no controlamos, como
si ocupáramos ser de determinada manera? ¿Qué tan a menudo vemos lo que
pensamos que está ahí o que debería estar, en lugar de lo que realmente está?
Podemos hacer esto con cualquier cosa o persona que es interponga en nuestro
camino. Nuestros críticos y detractores que nos hacen sentir reducidos,
pongámoslos en el lugar donde corresponden.
Cambia de perspectiva. La perspectiva lo es todo. Que tememos
los obstáculos porque nuestra perspectiva es la equivocada; que un simpe cambio
de perspectiva puede alterar enteramente nuestra reacción. Donde va la cabeza
sigue el cuerpo. La percepción precede a la acción. Una acción acertada se
desprende de la perspectiva acertada.
¿Depende de ti? Lo más perjudicial que perseguimos es el que nos hace creer que podemos cambiar cosas que sencillamente
no nos corresponde cambiar. Lo que depende de nosotros: Nuestras emociones,
nuestros juicios, nuestra creatividad, nuestra actitud, nuestra perspectiva,
nuestros deseos, nuestras decisiones, nuestra determinación. Ver un obstáculo
como un desafío y aprovecharlo al máximo de todos modos es también una
decisión, una decisión que depende de
nosotros.
Vive en el presente. No importa si éste es el peor momento
para estar vivo o el mejor, si estas en un buen mercado de trabajo o en uno
malo o si el obstáculo que encaras es intimidatorio o agobiante. Lo que importa
es que ahora es ahora. Recuerda que este momento no es tu vida entera, es solo
un momento de vida. Concéntrate en lo que está frente a ti ahora. Ignora lo que
esto “representa” o “Significa” o, “por qué te pasó a ti”.
Piensa de otro modo. Apuntar bajo significa realizaciones
mediocres, pero apuntar alto puede si las cosas marchan bien crear algo
extraordinario. Puedes hacer, encuentra la forma de lograrlo.
Busca la oportunidad. Eisenhower hizo este anuncio ante la
embestida durante guerra relámpago
del ejército alemán: “No toleraré más
pusilanimidad en sus generales. La situación presente debe considerarse una
oportunidad para nosotros, no un desastre, solo habrá rostros optimistas en
esta mesa de juntas.” Laura Ingalls “Hay algo bueno en todo si lo buscamos.”
Prepárate para actuar. La exigencia para ti es ésta: una vez que veas
el mundo tal como es, debes actuar. La percepción apropiada –objetiva,
racional, ambiciosa, limpia- aísla el obstáculo y lo expone como lo que es. Una
cabeza clara contribuye a manos firmes.
Bob Dylan (Hurricane)
SEGUNDA PARTE
ACCIÓN
La Acción requiere valor, no
bravuconería; aplicación creativa, no fuerza bruta. Nuestros movimientos y
decisiones nos definen: debemos estar
seguros de actuar con parsimonia, osadía y persistencia.
No pensamos, no nos quejamos, no
discutimos. Actuamos. Tenemos una fuerza de verdad, más de lo que creíamos.
Olvida que en la vida no importa
lo que nos ocurre ni de dónde venimos. Lo que importa es qué hacemos con lo que
nos ocurre y con lo que hemos recibido. Y la única forma en que harás algo
espectacular es si usas todo eso en tu beneficio.
Avanza.
Porque eso hace las personas que
retan al destino. Eso hacen as personas que se vuelven grandes, así se trata de
volar o de romper estereotipos de género. Comienza. En cualquier parte. De
cualquier forma. No les importa si las condiciones son perfectas o si se les desaira.
Porque saben que una vez que emprenden la marcha, harán que todo funcione si
son capaces de cobrar impulso.
Que las condiciones no sean a tu
gusto o que no te sientas preparado todavía no significa que estés libre de
actuar. Si quieres cobrar impulso, tendrás que crearlo ya poniéndote de pie y
dando el primer paso.
Practica La Persistencia.
El genio suele ser el disfraz de
la persistencia. Considera esta mentalidad:
·
Nunca apresurado.
·
Nunca preocupado.
·
Jamás desesperado.
·
Nunca detenido antes de tiempo.
Recuerda una de las frases
preferidas de Epicteto: “Persiste y resiste” Persiste en tus esfuerzos. Resiste
a la distracción de la tentación, el desaliento o el desorden.
Repite. La derrota es dolorosa pero, como dijo Franklin, también
instructiva. La gente fracasa en cosas pequeñas todo el tiempo, pero no aprende,
no escucha, no ve los problemas que el fracaso pone en evidencia. Y éste no la
hace mejor.
El fracaso nos enseña el camino,
porque nos muestra cual no es el
camino.
Sigue el proceso.
El proceso consiste en terminar.
Terminar los partidos. Terminar los ejercicios. Terminar las sesiones de
análisis de video. Terminar las ofensivas. Terminar los pases. Terminar las
jugadas. Terminar los bloqueos. Terminar la ínfima tarea que tiene frente a ti,
y terminarla bien.
El proceso y el orden, mantiene
bajo control nuestras percepciones y en sincronía nuestras acciones. Las metas
nos ayudan a poner los escollos en su verdadera dimensión. El proceso consiste
en hacer lo correcto ya. Es no
preocuparse por lo que podría ocurrir después, ni por los resultados, ni por la
dinámica general.
Haz tu trabajo y hazlo bien.
Sea lo que enfrentemos, nuestro
deber es responder con:
·
Trabajo intenso.
·
Honestidad.
·
El mayor auxilio posible a los demás.
Respeta tu oficio y haz algo
bello. Con orgullo y dedicación.
Lo correcto es lo que funciona.
Esto es pragmatismo
personificado. No te preocupes por la forma correcta, preocúpate por lo correcto. Deja de quejarte no parlotees,
no te sometas a la indefensión ni al temor. “No importa si el gato es negro o
blanco mientras atrape ratones.”
Elogia el ataque lateral.
“Nunca ataques donde es obvio”,
les decía a sus soldados. “No ataques donde el enemigo se lo espera”,
explicaba, sino “donde teme poco peligro, porque en ese punto estará más preparado y habrá en consecuencia mayor
expectativa de éxito.”
Cuando estés en una situación
desesperada en la que luchas con todas tus fueras; cuando la gente te diga que
das la impresión de que se te reventará una vena…Da un paso atrás y rodea el
problema. Busca una ventaja. Acércate desde lo que se llama “la línea de menor
expectación”.
Recuerda que a veces el camino más
largo es el camino más corto a tu destino.
Usa os obstáculos contra sí
mismos. Así, en lugar de chocar con tus obstáculos, busca un medio para obligarlos a derrotarse a sí mismos.
Usar los obstáculos.
El gran estratega Saúl Alinsky
creía que “si presionas lo suficiente algo negativo, se convertirá en todo
contrario”. Todo polo positivo tiene su polo negativo. Todo polo negativo tiene
su polo positivo. La acción consiste
en presionar hasta llegar al otro lado.
Convertir algo negativo en positivo.
Canaliza tu energía.
La adversidad puede endurecerte.
O puede soltarse y mejorarte si se lo permites.
En lugar de ceder a la
frustración, podemos hacer un buen uso de eso. Puede potenciar nuestras
acciones, las que, a diferencia de nuestro ánimo, se volverán más fuertes y
mejores cuando las relajemos y las energicemos.
Pasa a la ofensiva. Si cree que basta con aprovecharlas
oportunidades que se presentan en tu vida, nunca alcanzarás por completo tu
grandeza. Cualquier ser vivo puede hacer eso. Lo que debes hacer es justo avanzar cuando todos los que te rodean ven
alrededor solo desastre.
El obstáculo se usa en algo más
que beneficio propio: como catapulta.
Prepárate para que nada funcione. Toda situación la
que construye nuestro camino nos ofrece en realidad un nuevo camino con una
nueva parte de nosotros. Si alguien que amas te lastima, existe la posibilidad
de que practiques el perdón. Si tu negocio fracasa puedes practicar la
aceptación. Si no puedes hacer nada al menos puedes ayudar a otros.
Tercera Parte
Voluntad
La voluntad es nuestro poder interior, el cual no puede verse
afectado nunca por el mundo exterior. S nuestra ultima carta de triunfo. La
verdadera voluntad es callada humildad, resistencia y flexibilidad; el otro tipo
de voluntad es debilidad disfrazada de bravuconería y ambición.
La Disciplina De La Voluntad.
La mayoría de la gente ignora que
Abraham Lincoln forcejeó toda a vida con una depresión aguda. Conocida en su tiempo
como melancolía, su depresión fue a menudo extenuante y profunda, y estuvo a
punto de llevarlo al suicidio en dos ocasiones.
Resistir y Trascender grandes
dificultades fueron los hechos que definieron su vida. Todos los impedimentos
los redujo con una ambición fina y estimulante un aguante risueño y entrañable,
la depresión en especial era una experiencia que lo preparaba para grandes
cosas. “Esto también pasará” era su
frase favorita.
Sustine et abstine Soporta y abstente. Si la percepción y
la acción fueron las disciplinas de la mente y el cuerpo, la voluntad es la
disciplina del corazón y el espíritu.
Construye tu ciudadela interior.
Theodore Roosevelt había dedicado
ya casi cada día de su corta vida a batallar con la terrible asma a los doce
años de edad. Pese a que había nacido entre privilegios, su vida pendía de un
precario hilo; los ataques eran cada noche una experiencia cercana a la muerte.
En el gimnasio que su padre
construyó el joven Roosevelt procedió a trabajar con fervor todos los días de
los cinco años siguientes, fortaleció la parte superior de su cuerpo, sus músculos
y sus débiles pulmones para su futuro.
Nadie nace con
un pecho de acero. Tenemos que forjárnoslo. Moldeamos nuestra fuerza espiritual
mediante el ejercicio físico, y nuestra reciedumbre física con la práctica
mental (mens sana in corpore sano, menta sana en cuerpo sano).
Nadie nace gladiador. Nadie nace
con una “ciudadela interior”. Si queremos tener éxito en el cumplimiento de
nuestras metas a pesar de los obstáculos que pueden surgir, debe tener lugar
ese fortalecimiento de la voluntad.
No es posible contar con todos
como contigo (aunque seamos francos, en ocasiones todos somos nuestro peor
enemigo). Y esto significa que la gente comete errores y echará a perder tus
planes, no siempre pero sí muchas veces.
El saber popular nos brinda estas
máximas:
·
Desconfía en la calma antes de la
tormenta.
·
Espera lo mejor, prepárate para lo peor.
·
Lo peor aún está por venir.
·
Todo empeora antes de mejorar.
El arte de la aquiescencia.
Thomas Jefferson nació
contemplativo y reservado, supuestamente con un trastorno del habla. En
comparación con los grandes oradores de su tiempo era una nulidad para hablar
en público. Con un corazón que se inclinaba a la política, tenía dos opciones:
combatir esa sentencia o aceptarla. Eligió esta última y canalizó toda su
energía a escribir con el mismo ímpetu que con el que otros hablaban.
¡No puedo rendirme! ¡Quiero
luchar! Sabes que no eres el único que tiene que aceptar cosas que no
necesariamente le agradan ¿Verdad? Esto forma parte de la condición humana. Las
cartas solían firmarse Deo volente, “que sea la voluntad de
Dios”. Porque nadie sabía que podía
suceder.
Ama lo que ocurre: amor fati.
A los setenta y siete años de
edad, una noche Tomas Edison volvió temprano a casa luego de un día más de
laboratorio. Poco después de cenar un hombre llegó corriendo a su residencia con una noticia: se
había declarado un incendio en el centro de investigaciones Edison a varios
kilómetros de distancia.
Edison llegó y se abrió paso
tranquilo pero ágil en busca de su hijo “Ve por tu madre y sus amigas”, le dijo
con entusiasmo infantil y no te preocupes añadió “Todo está bien. Nos hemos
librado de mucha basura”.
Edison no se afligió, en cambio
eso lo vigorizó como le dijo a un
reportero al día siguiente: “No soy demasiado viejo para volver a empezar. He
pasado por muchas cosas como esta. Esto le impide a un hombre abatirse.”
Amar lo que nos suceda y
enfrentarlo con indeclinable jovialidad.
Perseverancia.
Creatividad, ingenio, disciplina,
liderazgo, valor y perseverancia. Persistencia. Lo mismo que hizo Odiseo a las
puertas de Troya: Probarlo todo antes del éxito del caballo de madera.
Persistencia. Todo dirigido a un problema antes de resolverlo. Persistencia es tratar
de resolver un problema difícil con absoluta determinación e insistir hasta
solucionarlo. Pero la perseverancia es más
grande, es el juego largo.
Los alemanas tienen el termino
Sitzfleisch. Poder permanente. Ganar mediante el recurso de no levantarse de tu
asiento hasta que todo haya terminado.
Algo más grande que tú.
Deja de pensar que lo que padeces
es especial o injusto. Sea cual fuere tu dificultad –y por gravosa que
resulte-, no es una desgracia elegida especialmente para ti. Sencillamente es
lo que es.
Medita sobre tu mortalidad.
Memento mori, se decían los romanos. Recuerda que eres mortal.
Recuerda la oración de la serenidad: si algo está bajo nuestro control, vale la
pena que pongamos en nuestros esfuerzos y energía. La muerte es una de esas
cosas; no está bajo nuestro control cuanto tiempo viviremos o que nos quitará
la vida.
Prepárate para empezar de nuevo.
La gran ley de la naturaleza es
que esta no se detiene nunca. No tiene fin. Justo cuando crees que has salvado
con éxito un obstáculo, otro aparece. “Detrás de la montaña hay más montañas”.
Al contrario: cuanto más logres, más cosas se interpondrán en tu camino.
Siempre habrá más obstáculos, desafíos más grandes. Siempre lucharás cuesta
arriba. Acostúmbrate a eso y actúa en consecuencia.
Librar un obstáculo solo indica
que eres digno de más. El mundo parece arrojártelos a manos llenas en cuanto
sabe que puedes soportarlos. Lo cual es bueno, porque mejoramos con cada
intento. No te desanimes, no te desesperes. Mantente siempre activo y procede
con creatividad. Sé cauteloso. No pretendas nunca hacer lo imposible, pero sí
todo lo previo a esa línea.
Simplemente usa en tu beneficio
los obstáculos que la vida te depara y mejora a pesar de ellos, gracias a
ellos. Así que no temas más. Por el contrario, anímate, alégrate y espera con
ansia la siguiente pelea.
Reflexiones Finales
El obstáculo se convierte en el camino.
Marco Aurelio recordó una vez en su diario “cuando el fuego
es fuerte, se apropia dentro de la materia que la nutre y la consume, y se
vuelve más intenso todavía por medio de este mismo material”. Lo que se
interpuso en el camino se convirtió en el camino. Lo que impedía actuar terminó
por impulsar la acción.
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